Síndrome de Estocolmo ¿víctimas enamoradas del agresor?

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¿Qué es el síndrome de Estocolmo?

El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, violación o retención, u otro delito similar, en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado.

La lealtad a un abusador más poderoso también es común en las víctimas de abuso doméstico, donde incluso luego de ofrecerseles un lugar donde guarecerse y protección deciden seguir siendo fieles a sus victimarios y no dejarlos o ejercer acción alguna en su contra.

A esta variación se le denomina Síndrome de Estocolmo Doméstico (SIES-d), también llamado “Síndrome de la mujer maltratada”, se da en mujeres maltratadas por sus parejas sentimentales con las que mantienen un vínculo de carácter afectivo.

La mujer víctima del maltrato por parte de su pareja, llega a adaptarse a esa situación aversiva que se da, incrementando la habilidad para afrontar estímulos adversos y la habilidad de minimizar el dolor. Estas mujeres suelen presentar distorsiones cognitivas como son la disociación, la negación o la minimización. Esto les permite soportar las situaciones e incidentes de violencia que se ejerce sobre ellas.

¿De dónde proviene la denominación?

El 23 de agosto de 1973, en la ciudad sueca de Estocolmo, tuvo lugar un atraco con rehenes. Jan Erik Olsson, un presidiario de permiso entró en el banco Kreditbanken de Norrmalmstorg, en el centro de la ciudad donde tomó cuatro rehenes lo que obligo a las autoridades a colaborar con él, concediéndole el llevar allí a Clarck Olofsson, amigo del delincuente.

Ante la sorpresa de todos, una de los rehenes, Kristin Ehnmark, no solo mostraba su miedo a una actuación policial que acabara en tragedia, sino que llegó a resistirse a la idea de un posible rescate. Según decía, se sentía segura. (En otras versiones se llega a afirmar incluso que la señorita Ehnmark estaba enamorada de su captor).

Tras seis días de retención y amenazas del secuestrador, de cuyo lado se puso la propia Ehnmark, la policía decidió actuar y cuando comenzaron a gasearles, los delincuentes se rindieron. Nadie resultó herido. Tanto Olsson como Olofsson fueron condenados y sentenciados.

Durante todo el proceso judicial, los secuestrados se mostraron reticentes a testificar contra los que habían sido sus captores y aun hoy manifiestan que se sentían más aterrados por la policía que por los ladrones que les retuvieron durante casi una semana.

El criminólogo Nils Bejerot acuñó poco después y a consecuencia de aquel caso, el término Síndrome de Estocolmo para referirse a rehenes que sienten este tipo de identificación con sus captores. (Fuente: Muy interesante )

Pero, ¿Por qué ocurre esto?

La cooperación entre el rehén o víctima y el autor se debe en gran parte a que amboscomparten el objetivo común de salir ilesos del incidente.

El nulo control sobre la situación por parte del secuestrado le lleva, al parecer, a intentarcumplir los deseos de sus captores que, por otro lado, se presentan como losúnicos que pueden evitar una trágica escalada de los hechos. De esta manera, se produce una identificación de la víctima con las motivaciones del autor del delito y unagradecimiento al captor que, en ocasiones, lleva a situaciones extremas.

Este síndrome fue descrito por los psicoanalistas de la escuela de la teoría de las relaciones objetales, por Ronald Fairbairn como el fenómeno de la identificación psicológica con el abusador poderoso.

Casos similares ocurren con las novatadas o pruebas que se hacen para entrar a la milicia, hermandades o fraternidades la victima de abusos desarrolla un granrespeto por el agresor y la lealtad se mantiene aun cuando el sufrimiento durante las pruebas es inclemente, en algunos casos las victimas señalan que este dolor de hecho fortalece el vínculo.