Motivos por los cuales consultar con un abogado antes de contraer matrimonio

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Entre las diferentes decisiones que pueden marcar tu vida, el matrimonio siempre es una de las más interesantes, y es que es razonable, puesto que se trata de unir tu vida a la de otra persona bajo una promesa de amor, y siempre en todas estas situaciones existen sueños, esperanzas e ilusiones de por medio que impulsan y sustentan esta decisión… es aquí donde empieza a ser peligroso, porque es fácil pensar que todo de ahora en adelante será una luna de miel; pero en un mundo donde lamentablemente el amor no lo puede todo, hay que pensar si de verdad vale la pena unir tu vida para siempre a alguien con quien no congenias.

Motivos por los cuales consultar con un abogado antes de contraer matrimonio

La realidad es que en el matrimonio el amor sale sobrando, ya que en términos legales el matrimonio es entendido como una institución jurídica que establece el régimen civil de las personas, creando una sociedad en común, esto acarrea la transición de pasar de ser un sujeto individual a uno colectivo, denominado familia, y en esto se incluyen responsabilidades hacia los otros miembro de dicha institución, siendo la pareja, o en un caso dado, los hijos de este matrimonio (aunque hablar de paternidad es bastante complejo y corresponde a otro tipo de responsabilidad y vínculos, para más información puede leer nuestro artículo sobre este tema).

“Y vivieron felices para siempre”, o como dice la versión española: “Y vivieron felices y comieron perdices”, todos, hombres y mujeres por igual, si han decidido contraer nupcias es bajo la ilusión de que todo será color de rosa, y es porque están enamorados, enamorados de la persona con la que han compartido y ha demostrado ser la mujer o el hombre de tus sueños, el problema es que los sueños no siempre son realistas, y a vida que todos llevamos en sociedad y convivencia es completamente diferente de la que podemos llevar en privado, y si pensamos que nadie se casa buscando que sea un rotundo fracaso, pues resulta realmente impactante cuando conocemos las facetas de nuestra pareja que hasta entonces no había demostrado. Para lidiar con esto lo mejor posible, lo mejor es tratar de ser siempre claros, si desde el noviazgo se tiene claridad sobre lo que estas dispuesto a tolerar, en el matrimonio debe de existir algo similar, en donde se deje en claro hasta donde estás dispuesto a tolerar, y dejar en claro que actitudes o situaciones no estás dispuesto o dispuesta a soportar, ya que a fin de cuentas, un matrimonio debe de ser una opción tomada con total libertad, por esto mismo es importante considerar el consultar con un abogado, no por nada son expertos en las negociaciones y el establecimiento y seguimiento de tratos y acuerdos.

Ahora bien, existen reglas que un matrimonio debe de cumplir y estas se estipulan incluso en la ley misma, pero otras muchas pueden ser establecidas por los conyugues, para dar solución a los posibles conflictos que puedan surgir en el futuro, sobre todo, nos estamos refiriendo a la situación patrimonial de la nueva familia, es decir, los bienes que en conjunto han logrado adquirir, ya que una vez más, con el matrimonio se reconoce a cada “individuo” como parte de esta unión, más que como un individuo, ¿quedó claro?, por si no fue así, lo que tratamos de decir es que legalmente los bienes del esposo adquirido dentro de un matrimonio no son única o completamente de él, sino que por ser parte de una familia, los bienes son de este colectivo, y lo mismo sucede con la esposa. Por eso mismo existen las “capitulaciones matrimoniales”, que establecen que lo llevado y adquirido durante el tiempo que dure esta sociedad llamada familia será de ambos, y para esto se pueden establecer una “sociedad conyugal” (que es lo que ya dijimos, lo tuyo es mío y lo mío es nuestro), o bien una “separación de bienes”, donde lo mío seguirá siendo mío y lo tuyo seguirá siendo tuyo.

Decidir esta organización de los bienes es una parte muy importante al considerar un matrimonio, ya que para muchos podría ser extraño que alguien esté dispuesto a compartir su vida contigo, pero no sus pertenencias, pero como ya se ha mencionado, nadie se casa pensando que un día pueda terminar, por lo que uno u otro puede resultar mejor dependiendo única y exclusivamente de las particularidades de cada pareja y las características de cada caso, a fin de cuentas compartir o respetar la diferencia de bienes tiene tanto pros como contras.

Sin importar que decisión tomemos en la vida, todas y cada una de ellas deberían de ser tomadas bajo la primicia de ir a mejor, por lo que no queremos demeritar u oscurecer la belleza del matrimonio, pero este evento que a muchos nos puede llenar de ilusión y felicidad, a la larga sigue siendo una decisión que afectará por completo nuestra vida, ya que nada volverá a ser igual después de aceptar una decisión tan importante como esta. Por todo esto, consultar a un abogado es igual o incluso más importante que consultar con un planificador de bodas o un especialista en problemas de parejas, contar con este asesoramiento te dará una red de apoyo para afrontar las crisis y los problemas venideros, porque queramos aceptarlo o no la vida no es una pieza de pastel, siempre dulce, muchas veces tiene momentos amargos y de gran dificultad, y así como el matrimonio es una aventura a la cual de arriesgas junto con tu pareja, los altibajos son parte de la misma, y valdrá la pena correr los riesgos siempre y cuando sea para bien, pero cuando no, lo mejor es contar con ese plan de emergencia que te acabamos de mencionar.