Todo ciudadano mexicano tiene legalmente el derecho a obtener la asistencia de un abogado de oficio o también llamado defensor público, siempre y cuando su situación económica sea de escasos recursos y no tenga la posibilidad de contratar un abogado para hacerle frente a un proceso penal.
El abogado de oficio es aquel que se encargara de defender a los ciudadanos que tengan que enfrentar un proceso penal, ante un tribunal de justicia sin ningún costo, los servicios que presta son subsidiado por el Estado y su objetivo es salvaguardar los derechos de los individuos a una tutela judicial, ofreciendo la máxima garantía de igualdad a las personas; dentro de sus funciones permite garantizar la defensa de todas las personas acusadas por la ley.
Por lo general, la primera vez que se solicita un abogado de oficio para que lo represente será la primera vez que comparezca ante el juez después de su arresto. Esto se llama lectura de cargos.
La mayoría de la población en el país tiene poca idea de cómo funciona el sistema judicial penal ya que por lo general, si lo arrestaron y pudo pagar la fianza, recibirá un documento en donde le indica que debe comparecer ante el tribunal en un determinado lugar, en un día y a una hora determinados.
Pero en el caso de que no pudiera pagar la fianza, será llevado a su primera comparecencia ante el tribunal, una vez ahí, la primer pregunta del juez hacia el acusado será para saber si ya cuenta con la representación de un abogado, y si no es así, lo más probable es que el juez le pregunte si quiere solicitar un abogado de oficio, si responde que sí, le asignarán un abogado ahí mismo, por lo que se verifica que se encuentre alguno en el tribunal para que lo ayude durante el resto de la lectura de cargos, sin embargo, este abogado no suele ser el abogado que se le asignará, y algunos tribunales buscan demorar o posponer la lectura de cargos hasta que tenga con usted al abogado que lo representará durante toda la causa.
En ocasiones, algunos tribunales buscan retrasar futuras fechas judiciales y la asignación del abogado hasta que se le investigue su situación económica para saber si califica para un abogado de oficio.
Algunas de las funciones que deben cumplir los abogados de oficio son:
* Ponerse a disposición de su defendido,
* Explicar cómo se llevará a cabo el procedimiento, así como explicarle a detalle que es lo que sucede y de qué forma se tendrá que proceder, siendo muy claro y objetivo,
*Asistir en todo momento al defendido de forma personal, real y efectiva hasta el fin del procedimiento.
*Luchar por la integridad del individuo que está defendiendo.
*Valerse de sus conocimientos en la materia para otorgar la mejor defensa del acusado.
*Estar al pendiente y cerciorarse que se cumpla la sentencia derivada del juicio.
Ante todo, el abogado de oficio es una persona profesional, que se encuentra preparado para todo caso, ya que conoce de leyes y su procedimiento, por lo tanto debe actuar de forma ética garantizando que los derechos de los presuntos culpables puedan ser velados y defendidos como es debido.
El hecho de que exista la figura del abogado de oficio es un derecho puesto que en México mucha gente es de bajos recursos y si no contara con ellos, no tendría incluso un juicio, en todo caso a veces resulta precaria su situación, pues muchas veces no es remunerado y los gastos de su trabajo es cubierto por ellos, además de que se encuentran sobrecargados de trabajo, ya que en todo el país hay aproximadamente hay 3,239 abogados defensores para atender un millón de casos al año, según el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario 2014 del INEGI.
Ya que llegan a atender a más de 300 casos al año, es decir 25 mensuales, mientras un litigante privado se ocupa de cuatro a siete casos mensuales, esto es entre 50 y 90 anuales.
Por lo que la sobrecarga de trabajo puede poner en desventaja a quienes ocupan esta prestación determinada por ley, ya que esta sobrecarga incide en la calidad de la defensa debido a que entre menos casos atiendan, mayor posibilidad hay de contar con un seguimiento cercano de las pruebas que se presentan, los argumentos de descargo y otros factores que puedan ayudar en el caso.
Si bien no todos los involucrados en un juicio penal hacen uso de la defensoría de oficio, la carga de trabajo es mayúscula ya que poco más del 65% de los procesados la ocupan.
En la CDMX se cuenta con 768 abogados de oficio del total nacional, para atender 176 mil 816 casos, por lo que esta es la entidad que cuenta con el mayor numero de litigantes.
Hay que tomar en cuenta que, en la mayoría de las situaciones, cualquier representación legal en una audiencia penal es mejor que ninguna, con esto no queremos decir que un abogado de oficio es un poco mejor que nada.
De hecho, muchos defensores públicos y abogados de oficio son algunas de las mejores mentes legales ya que por lo general tienen más horas en el tribunal y experiencia que muchos abogados defensores privados.